Mensaje para los fabricantes de zapatos....
Una de dos, o llega mi mensaje urgente a Todos los zapateros, o me pongo en Huelga de pies descalzos y a partir de ya mismo dejo de comprarlos.
Es que se han empeñado en que las mujeres usamos zapatitos.
Así que, para las mujeres que adora los zapatos y que calza nada más y nada menos un 42-43, es com-ple-ta-men-te-im-po-si-ble comprar zapatos como churros, que es lo que nos gustaría, seguro que hasta podría sacarles de la crisis y todo.
¿Y por qué es tan complicado?
Punto número uno.- porque no hay zapatos de esa talla en ninguna tienda que se precie de moderna.
Punto número dos.- porque tengo que irme a zapaterías especializadas de tallas grandes , una minoría en comparación con las otras.
Punto número tres.- porque en esas tiendas hay unos zapatos horripilantes de súper abuela.
Punto número cuatro.- porque en esas tiendas que tienen esos zapatos te cuestan un dineral. Total, si cueste lo que cueste igualmente se rompen en dos dias.
Con cada comienzo de nueva temporada, llega también un nuevo martirio. Al principio tengo una idea de lo que quiero comprar, algo que he visto en alguna revista o lo he visto en otros pies de carne y hueso. Voy entrando en cada tienda, echando un vistazo a verdaderas maravillas y cuando encuentro justo lo que quería, pregunto por la talla 42-43.
Ese es el momento en el que las dependientas de pies corrientes me devuelven a la realidad después de mirarme con retintín o compasión.
Poco a poco voy desanimándome y bajando el listón de mis deseos, hasta que al final termino, como siempre, en una de aquellas tiendas especializadas que tienen zapatos más o menos grandes y cómodos, y carísimos.
Con la llegada del otoño decidímos dar una nueva oportunidad a los pies y la ilusión de este año fue hacerme con unas botas de agua, de esas que llevan floripondios, para no mojarse los días de lluvia. Y otra vez el mismo rollo de siempre....
Ya estaba empezando a sentir el fracaso llamando a mi puerta, cuando entré en una tienda de esas gigantes con las cajas de zapatos apiladas y montones y montones de modelos.
Por no auto-ponerme los dientes largos, fui directa a la dependienta y le pregunté si tenian barcos gigantes?
Barcos gigantes?-me preguntó boquiabierta. Sí, zapatos de la 42-43, le constesté intentando parecer muy seria y convencida. Y cuando estaba esperando la típica miradita de pena de siempre, la chica me dijo que reciben TODOS los modelos en la talla 42-43.....! ¿la 42????!!! ¿43?!!!! ¿todos los modelos?!!!!
Madre mia!! no me lo podía creer, casi me da una parada cardiaca al escuchar la información. Le dí un abrazo de alegria.
Así que nos tiramos dos horas y pico probándo todos los zapatos !!!!baratitos!!!!
Y además van a recibir botas de agua !!!también en la 42-43!!!! !!!!YUPIIII!!!!
Es que se han empeñado en que las mujeres usamos zapatitos.
Así que, para las mujeres que adora los zapatos y que calza nada más y nada menos un 42-43, es com-ple-ta-men-te-im-po-si-ble comprar zapatos como churros, que es lo que nos gustaría, seguro que hasta podría sacarles de la crisis y todo.
¿Y por qué es tan complicado?
Punto número uno.- porque no hay zapatos de esa talla en ninguna tienda que se precie de moderna.
Punto número dos.- porque tengo que irme a zapaterías especializadas de tallas grandes , una minoría en comparación con las otras.
Punto número tres.- porque en esas tiendas hay unos zapatos horripilantes de súper abuela.
Punto número cuatro.- porque en esas tiendas que tienen esos zapatos te cuestan un dineral. Total, si cueste lo que cueste igualmente se rompen en dos dias.
Con cada comienzo de nueva temporada, llega también un nuevo martirio. Al principio tengo una idea de lo que quiero comprar, algo que he visto en alguna revista o lo he visto en otros pies de carne y hueso. Voy entrando en cada tienda, echando un vistazo a verdaderas maravillas y cuando encuentro justo lo que quería, pregunto por la talla 42-43.
Ese es el momento en el que las dependientas de pies corrientes me devuelven a la realidad después de mirarme con retintín o compasión.
Poco a poco voy desanimándome y bajando el listón de mis deseos, hasta que al final termino, como siempre, en una de aquellas tiendas especializadas que tienen zapatos más o menos grandes y cómodos, y carísimos.
Con la llegada del otoño decidímos dar una nueva oportunidad a los pies y la ilusión de este año fue hacerme con unas botas de agua, de esas que llevan floripondios, para no mojarse los días de lluvia. Y otra vez el mismo rollo de siempre....
Ya estaba empezando a sentir el fracaso llamando a mi puerta, cuando entré en una tienda de esas gigantes con las cajas de zapatos apiladas y montones y montones de modelos.
Por no auto-ponerme los dientes largos, fui directa a la dependienta y le pregunté si tenian barcos gigantes?
Barcos gigantes?-me preguntó boquiabierta. Sí, zapatos de la 42-43, le constesté intentando parecer muy seria y convencida. Y cuando estaba esperando la típica miradita de pena de siempre, la chica me dijo que reciben TODOS los modelos en la talla 42-43.....! ¿la 42????!!! ¿43?!!!! ¿todos los modelos?!!!!
Madre mia!! no me lo podía creer, casi me da una parada cardiaca al escuchar la información. Le dí un abrazo de alegria.
Así que nos tiramos dos horas y pico probándo todos los zapatos !!!!baratitos!!!!
Y además van a recibir botas de agua !!!también en la 42-43!!!! !!!!YUPIIII!!!!


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